La edificación sostenible comprende la construcción y rehabilitación de los inmuebles e infraestructuras teniendo en cuenta su impacto ambiental.
Construir con criterios sostenibles abarca varias etapas: desde la elección y empleo de materiales eficientes y respetuosos con el medio ambiente hasta el proceso constructivo en su fase de diseño y ejecución, su relación con el entorno urbano y, finalmente, la fase de rehabilitación o demolición, completada la vida útil del edificio, con la gestión responsable de los residuos.
La sostenibilidad implica además una adecuada utilización de los recursos naturales utilizados durante la construcción y el mantenimiento del inmueble, el uso eficiente y la conservación de las instalaciones, así como el empleo de fuentes de energía renovables.
El objetivo principal del aislamiento térmico es alcanzar un óptimo de funcionalidad y bienestar para los usuarios de los edificios y viviendas. El propio CTE y toda la legislación y reglamentación de cualquier país así lo reconocen cuando se habla de «habitabilidad». Además, el aislamiento térmico es el único producto de construcción que ahorra energía a lo largo de toda la vida útil del edificio. La reciente propuesta de modificación de la Directiva de la Eficiencia Energética de Edificios (DEEE) propone la incorporación del cálculo del índice Global Warming Potential (GWP) y es esencial que se calcule correctamente, para toda la vida útil del edificio. Un edificio con un óptimo nivel de aislamiento siempre reducirá su necesidad de energía y, en consecuencia, tendrá menos emisiones de CO2 a lo largo de su vida útil. En definitiva, el aislamiento térmico hace más sostenibles a los edificios.