¿Qué posibilidades existen para rehabilitar térmicamente la fachada de un edificio?
La rehabilitación energética de los edificios está llamada a ser la piedra angular de la transformación energética del parque inmobiliario. Un proceso que comienza con la reducción de la demanda de la energía mediante el correcto aislamiento de su envolvente, fundamental para conseguir un alto confort térmico en las viviendas, reducir la factura energética de sus ocupantes y, en consecuencia, minimizar las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Existen diferentes soluciones para realizar una rehabilitación térmica de las fachadas, que dependerá fundamentalmente de las características o necesidades de cada edificio:
Sistema SATE
Un sistema SATE es un Sistema compuesto de Aislamiento Térmico por el Exterior. De manera general, están formados por cuatro componentes que son: la fijación, el aislamiento térmico, una capa base de armadura y una capa de acabado.
La incorporación de un sistema SATE en fachada se realiza por el exterior, de manera que no se reduce el espacio habitable interior en las viviendas y es una actuación que permite a los usuarios seguir viviendo en las mismas durante las obras. Esta solución permite, además, resolver la mayoría de los puentes térmicos del edificio y reducir el riesgo de condensaciones.
Los sistemas SATE que incorporan un aislamiento con un espesor óptimo aseguran importantes reducciones de la energía, al tiempo que se obtiene un ahorro energético y se reduce la factura del usuario, pudiendo conseguir una disminución del consumo de combustibles próximo al 30%. Se estima que la inversión realizada para la instalación del sistema se amortiza de media en un periodo de cinco años.
Este tipo de rehabilitación es ideal para recuperar la uniformidad de estética de las fachadas de un bloque de edificios o barrios enteros. Al ser una rehabilitación que perdura con el tiempo, teniendo una vida útil de más de 20 años, es un sistema que revaloriza económicamente el inmueble, mucho más que la simple restitución de la fachada.
Sistema de aislamiento con fachada ventilada
En este caso, la actuación también incorpora aislamiento al exterior de la fachada. El sistema está formado por el aislamiento que va fijado al muro, una cámara de aire continua y el revestimiento exterior.
Con esta solución también se eliminan puentes térmicos, se posibilita la realización del trabajo con los usuarios ocupando las viviendas, se mantiene el espacio habitable, se protege al aislante y muro del exterior, se consiguen importantes reducciones en la factura energética y se revaloriza el inmueble.
Sistema de aislamiento de fachadas por relleno en cámara
En este sistema se aprovecha el espacio de la cámara de aire de la fachada para instalar aislamiento térmico. El relleno se realiza a través de un patrón de pequeños taladros, desde abajo hacia arriba, pudiéndose realizar la actuación desde el interior o desde el exterior de la fachada.
Se trata de una solución que no reduce el espacio habitable y se realiza con rapidez, lo que se traduce en un bajo impacto para el usuario.
De igual modo, este tipo de intervención mejorará el confort térmico y la factura energética del ocupante de la vivienda, si bien no de una forma tan completa como otras actuaciones que incorporan el aislamiento térmico por el exterior de la fachada, ya que no interviene sobre los puentes térmicos. Se puede, por tanto, considerar la combinación de ambas actuaciones.
Sistema de aislamiento térmico por el interior
En este sistema se fija el aislamiento a la cara interior de la fachada (en función del tipo de aislamiento se puede proyectar, fijar con adhesivo o mediante fijación mecánica) y se reviste con yeso o placas de yeso laminado para el acabado final.
La rehabilitación térmica de la fachada por el interior se realizará generalmente en los casos en los que se realicen otros trabajos en el interior del edificio, o cuando no se considere o no sea posible modificar el aspecto exterior del edificio. En este supuesto habrá una pequeña reducción del espacio habitable.
Con respecto a los puentes térmicos, se podrán eliminar únicamente los superficiales integrados en la fachada, pero no se pueden resolver lineales de contorno, como por ejemplo los de los frentes de forjado o intersección de muros de fábrica.
El aislamiento nos acompaña en la vida útil del edificio, y aunque es cierto que no se ve, sí se nota, por lo que es muy importante valorar la idoneidad de los aislantes en las diferentes soluciones de actuación de rehabilitación térmica.
Rehabilitar edificios significa aislar más… mejor… y lo antes posible.