Guía Ciudadana de Impulso a la Rehabilitación: un completo argumentario sobre la necesidad de renovar nuestros hogares
¿Por qué prestamos tanta atención a los desconchones en la fachada de nuestro edificio y tan poco a la ausencia de un buen sistema de aislamiento que garantice su eficiencia energética?, ¿por qué le damos más importancia a la elección de los azulejos que a la instalación de soluciones que provean nuestras viviendas de ahorro y confort?, ¿por qué no somos conscientes de los múltiples beneficios de la rehabilitación de edificios con criterios de eficiencia energética y sostenibilidad?
A todas estas cuestiones pretende dar respuesta la Guía Ciudadana de Impulso a la Rehabilitación, editada y presentada recientemente por el Observatorio 2030 del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE).
Este documento de interés parte de la premisa de que si pasamos cerca del 80% de nuestro tiempo en espacios cerrados como la vivienda, debemos asegurar su habitabilidad, seguridad, salubridad, confort y sostenibilidad. Será la única forma de ganar en calidad de vida y solo podremos conseguirlo gracias a una rehabilitación energética con sistemas de aislamiento eficaces.
Además, el trabajo del Observatorio 2030 es una guía práctica orientada a
a informar al ciudadano de los beneficios de rehabilitar su hogar, en algunos de los parámetros que determinan su calidad. Tampoco olvida los beneficios medioambientales que estas iniciativas conllevan y que “no solo benefician a los ciudadanos, sino que ayudan a reducir el daño que le causamos a nuestro entorno, una motivación que para muchos ya es tan relevante como el beneficio personal”.
Uno de los capítulos más destacados de esta guía ciudadana es el dedicado al confort térmico. El manual explica que nuestras viviendas son las causantes del 42 % del total de las emisiones de CO2 relacionadas con la energía. Estas se producen cuando cocinamos, lavamos la ropa y, sobre todo, cuando calentamos nuestra vivienda, entre otras muchas otras acciones de consumo de energía.
Para frenar el derroche energético y la desaforada emisión de contaminantes a la atmósfera, la rehabilitación de edificios con actuaciones integrales, que mejoran y actualizan las prestaciones energéticas, contribuye de forma clara a la reducción de emisiones de los gases de efecto invernadero (GEI). Entre las medidas sugeridas, se citan actuaciones sencillas como la instalación o aumento del aislamiento o la sustitución de fuentes de energía fósiles. Estos gestos disminuyen la emisión directa de gases gracias a la menor necesidad de consumo.