ANDIMAT lanza una campaña para poner en valor la envolvente térmica de los edificios como garante de su confort, ahorro, salud, y sostenibilidad.
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Una envolvente con un adecuado nivel de aislamiento térmico en sus muros, cubierta, ventanas y suelo garantiza una temperatura de confort constante en la vivienda y reduce el nivel de ruido proveniente del exterior.
Una buena envolvente reduce las necesidades energéticas del edificio. Como consecuencia, pagamos menos por nuestras facturas de energía relacionadas con los equipos de calefacción y refrigeración.
Reducir la demanda energética de un edificio implica disminuir su consumo de energía. Por tanto, se reduce la emisión de gases de efecto invernadero como el CO2 y mitigamosnuestra huella de carbono.
Una rehabilitación energética profunda de tu vivienda conlleva una renovación estética y de comportamiento energético. Si quieres alquilarla o venderla, tu casa valdrá más.
Más confort, más salud, más sostenibilidad, más valor; en definitiva, vivir mejor.
La envolvente es la piel del edificio, lo que nos protege del exterior y está formada por los muros de la fachada, las ventanas, la cubierta y el suelo. La envolvente juega un papel fundamental para protegernos del frío y del calor, de la lluvia, del ruido e influye directamente en nuestro confort térmico, nuestra factura energética y nuestra huella de carbono.
Por ello, mejorar la envolvente de los edificios juega un papel decisivo en las actuales políticas europeas de descarbonización y nuestro camino hacia una sociedad sostenible. Los objetivos establecidos por la Comisión Europea para los próximos años son claros:
Gracias a los fondos Next Generation EU tenemos una oportunidad única de trabajar intensamente en la renovación energética de nuestro parque edificatorio, empezando siempre por la envolvente. Ver KIT DE REHABILITACIÓN DE ANDIMAT
El principio de «primero, la eficiencia energética» planteado por la Unión Europea, tiene un enorme valor para la envolvente térmica de los edificios.
El objetivo del principio es tratar la eficiencia energética como el «primer combustible», que es una fuente de energía por derecho propio. Es el principio rector horizontal de la gobernanza europea en materia de clima y energía que debe garantizar que sólo se produzca la energía necesaria. Viene a indicarnos que la mejor energía es la que no se produce porque no hay necesidad de utilizarla. Esto significa que también debe ser preferible la reducción de la demanda frente a la producción de energía, incluso a partir de fuentes climáticamente neutras.
A este respecto, la Comisión Europea propone una serie de ejemplos de medidas para los edificios, entre las que destaca:
Maximizar la reducción de la demanda energética global que debe lograrse mediante renovaciones de edificios, por ejemplo, mejorando primero el rendimiento de la envolvente del edificio antes de que se apliquen otras medidas, como la sustitución de los sistemas de calefacción (o garantizando que dichas sustituciones estén condicionadas a una mayor mejora de la eficiencia energética)
Esta última recomendación es aplicable a obra nueva, pero es especialmente importante para la rehabilitación, ya que en España 30% del consumo energético se debe a un parque edificatorio deficiente en medidas de eficiencia energética. (Cerca del 45 % de los edificios es anterior a 1980 y más del 81,0 % de los edificios existentes se sitúan en las letras E, F o G, en términos de emisiones, mientras que, en el caso del consumo energético, llega al 84,5 % de los edificios).
El triángulo energético explica los tres pasos fundamentales para obtener la máxima eficiencia energética de un edificio, sea en una rehabilitación energética integral o en una obra nueva.
La rehabilitación energética integral se basa en tres pilares:
Primero, se reduce la demanda energética del edificio mediante una envolvente térmica eficaz.
Después, se redimensionan los equipos de climatización (para satisfacer una menor demanda) y se sustituyen por otros equipos de mejor rendimiento y menor emisión de CO2.
Por último, se genera energía in situ mediante fuentes de energía renovable.
En definitiva, siempre, la envolvente lo primero.